(C) Global Voices This story was originally published by Global Voices and is unaltered. . . . . . . . . . . Las luchas de liberación de América Central y Palestina están entrelazadas [1] [] Date: 2024-06-05 Sussan García escribió este artículo en ContraCorriente. Global Voices lo reproduce y edita en virtud de un acuerdo de medios. Estos últimos meses han demostrado aún más la farsa del orden mundial «occidental» bajo el que vivimos. El Estado de Israel ha matado a más de 30 000 palestinos con el apoyo de las «democracias» norteamericanas y europeas, mientras que alrededor del mundo las personas ven masacres sin fin y la deshumanización en vivo y en directo en redes sociales. Estamos viendo surgimiento de coaliciones internacionales estructuradas en torno a colonizadores y colonizados, pues las comunidades oprimidas del mundo se identifican con la deshumanización en las narrativas ahistóricas, el fascismo, el negacionismo y el terror que viven los palestinos a manos de Israel y Estados Unidos. Durante décadas, Israel, asociado con Estados Unidos y que representa sus intereses, ha apoyado, dado armas y entrenado a violentos dictadores fascistas en Centroamérica. Han reprimido de manera activa procesos democráticos y se han focalizado en la resistencia de Centroamérica, a quienes también se califica de «terroristas». Aunque Israel ha desplazado, ejecutado limpiezas étnicas, discriminado y masacrado palestinos en sus propias casas, Israel continúa exportando sus tecnologías «probadas en combate» a Centroamérica a través de asociaciones militares y de inteligencia, y exportación de armas. Así, la lucha palestina por la liberación está íntimamente ligada a la de Centroamérica, en la búsqueda de poner fin a la maquinaria de guerra israelí, al imperialismo estadounidense que lo maneja y al violento orden mundial que lo permite. Tal como Estados Unidos canaliza dinero, armas y soldados a Israel y otros Gobiernos fascistas, Israel ha sido una extensión de la maquinaria de guerra estadounidense. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos fue uno de los principales proveedores de armas, fondos y entrenamiento para los regímenes fascistas en El Salvador, Guatemala y Honduras. A medida que las atrocidades de estos Gobiernos se hicieron mucho más visibles, a Estados Unidos se le prohibió legalmente continuar con su apoyo en 1974, y ordenó a Israel que siguiera con su parte. En El Salvador, Israel dio el 83% de las armas entre 1975 y 1979, y ayudó a entrenar a la Agencia de Seguridad Nacional Salvadoreña (ANSESAL), la policía secreta que luego conformaría los escuadrones de muerte que mataron a decenas de miles de civiles. Las tecnologías y el entrenamiento que dio Israel estaban destinadas a la contrainsurgencia y la vigilancia de grupos de guerrilla. Una de esas tecnologías era un sistema computarizado que daba a los escuadrones de muerte de derecha una lista de nombres, que se usó en Guatemala y en El Salvador. El coronel Sigifredo Ochoa Pérez, actor principal que intensificó los esfuerzos de guerra contra guerrillas, expresó que quería que las fuerzas armadas salvadoreñas tomaran la «solución israelí» para el apoyo nicaragüense a las guerrillas de El Salvador. Veía a Nicaragua como «el Líbano de América Central». Tras la revolución sandinista, una pesadilla anticomunista y una victoria para los revolucionarios de la región, Nicaragua se transformó en el blanco de Estados Unidos, Israel y líderes de derecha de Centroamérica. Antes de esto, las relaciones entre Nicaragua e Israel eran cálidas, antes de que existiera Israel. El dictador Anastasio Somoza García le había dado a agentes de Haganá, organización paramilitar sionista que luego se incorporó a las fuerzas armadas de Israel, la cobertura diplomática necesaria para comprar armas a Europa. Para la década del 1970, Israel representaba el 98% de las armas importadas de Nicaragua. Una vez que la revolución sandinista derrocó a Somoza, Israel tomó las riendas para entrenar y armar a los Contras en Costa Rica y Honduras (aliados de Estados Unidos) la década del 1980, con el objetivo de destituir al gobierno sandinista y reemplazarlo con uno anticomunista de derecha. Estas iniciativas se complementaban con planes de asentamientos israelíes que buscaban aislar a Nicaragua, lo que llevó al asentamientos de agricultores anticomunistas a lo largo de la frontera entre Nicaragua y Costa Rica. Es este mismo enfoque el que ha usado Israel, sobre todo con Líbano. En Guatemala, Efraín Ríos Montt, general que organizó un golpe de Estado en 1982 para ser presidente, reconoció el rol esencial del entrenamiento israelí en su victoria; su jefe de estado mayor dijo «el soldado israelí es el modelo para nuestros soldados». Ríos Montt también dio forma a fusiles y frijoles, estrategia agraria contra la guerrilla, basado en el programa Nahal de Israel, que enseña a los soldados técnicas de agricultura para establecer y expandir asentamientos fronterizos. Los años de gobierno de Ríos Montt son reconocidos como los más sangrientos del conflicto armado. En 2013, las cortes guatemaltecas lo condenaron por el genocidio de grupos indígenas mayas. Actualmente, Israel entrena a policías en Belice y Panamá. En este último país, el programa recibió duras críticas en 2021, cuando unas fotos del entrenamiento publicadas por la Policía Nacional de Panamá y la Cámara de Comercio Israelí mostraron a un hombre que apuntaba un arma a la foto de una persona armada que vestía una kufiya palestina. El Comité Panameño de Solidaridad con Palestina criticó la situación, dice que promueve el racismo y la violencia, y pidió al Gobierno cancelar ese tipo de «intervenciones» de Israel. Panamá, históricamente un firme partidario de Israel y bastión de confianza de las políticas de Estados Unidos en la región, continúa con su apoyo a Israel y oficialmente niega el sufrimiento de los palestinos. Al igual que Panamá enfrentó amenazas oficiales para coaccionar al país a obedecer las reglas, Belice recibió amenazas públicas de Israel de reducir su turismo y bajar el financiamiento de los inversores sionistas, luego de que Belice anunció la suspensión de relaciones diplomáticas con Israel en noviembre de 2023. El avance de los sionistas cristianos ha sido un vehículo cultural y religioso para ganar el apoyo de Centroamérica, algo afianzado incluso en el presidente salvadoreño Nayyib Bukele, descendiente de palestinos. Antes de su presidencia y como alcalde de San Salvador, Bukele visitó Jerusalén con el patrocinio de Israel, viaje en el que conoció a los alcaldes de Tel Aviv y Jerusalén (este último lo declaró «amigo de Israel»), y rezó en el Muro de las Lamentaciones. En las alarmantes medidas anticonstitucionales y de criminalización del presidente salvadoreño hay tecnología y armas israelíes. Bukele ha utilizado el programa espía Pegasus para vigilar y rastrear ilegalmente a periodistas críticos. El programa fue elaborado por el exmilitar y oficial de inteligencia Yaniv David Zangilevitch, y el Mossad, la agencia de inteligencia israelí, lo distribuyó en América Latina. Pegasus ha sido objeto de escrutinio porque algunos Gobiernos lo han usado para cometer violaciones de derechos humanos a través de vigilancia ilegal de políticos, disidentes y periodistas. En cuanto a los escasos comentarios de Bukele que expresan su orgullo por sus raíces palestinas, y que ven a la tecnología y los negocios como un camino para una posible nación, el académico y autor Yousef Aljamal dijo: “Para Bukele, Palestina, es un recuerdo lejano. Es parte de un sistema político que quiere estar en sintonía con la extrema derecha, tener buenos lazos con Israel, mejorar las relaciones con otros Gobiernos de derecha en Latinoamérica y estrechar conexiones con Estados Unidos». Durante mucho tiempo, en países como Honduras y El Salvador, los palestinos «han conformado una élite económica, por lo general caracterizada por el conservadurismo político.» Para ellos, los revolucionarios palestinos son «peligrosamente parecidos a los movimientos guerrilleros de América Latina», lo que muestra que Bukele no es una anomalía, sino parte de la tradición. Tras el 7 de octubre, Bukele no esperó ni un momento para denunciar firmemente a Hamás, dice no representan a los palestinos y pidió que los eliminaran. Los comparó con los miembros de la mara MS-13, el principal blanco de su campaña contra la violencia pandillera y la delincuencia, que llevó a más de 70 000 personas a prisión sin el debido proceso. Sus esfuerzos han recibido críticas de grupos comunitarios y de derechos humanos como otra manera de atacar a periodistas, activistas y otros grupos que no están de acuerdo con él. En Centroamérica, esa «palestinización» de algunos grupos no es nueva. En virtud de eso, grupos de resistencia y disidentes de regímenes violentos son calificados como amenazas para la seguridad nacional y terroristas. En relación a la estrategia militar contra grupos guerrilleros en 1971, el presidente guatemalteco Carlos Arana dijo: «Si es necesario convertir al país en un cementerio para pacificarlo, no voy a dudar en hacerlo», que repite la perturbadora retórica expresada recientemente por los oficiales israelíes, y la declaración de Naciones Unidas de que Gaza se ha convertido en un cementerio de niños. Los proyectos genocidas en Guatemala y Palestina no hubieran podido ocurrir sin la ayuda de Estados Unidos. Centroamérica lleva mucho tiempo dominada por los intereses estadounidenses, al igual que Palestina. Como dijo varias veces el presidente de Estados Unidos, Joe Biden: «Si no existiera Israel, hubiéramos tenido que inventarlo… para proteger los intereses [de Estados Unidos] en la región». Es el linaje estadounidense de políticas extranjeras para mantener el control del mundo, del que Centroamérica ha sido objeto desde que se declaró la Doctrina Monroe, hace 200 años. La alianza entre Estados Unidos e Israel no fue natural, se formó tras la guerra de 1967, cuando Estados Unidos identificó a Israel como un poderoso aliado en Medio Oriente. Luego, esto se convirtió en una total colaboración imperialista entre ambos a lo largo del mundo. Así, en tanto Palestina sea víctima del terror israelí apoyado por Estados Unidos, Centroamérica también sufrirá lo mismo, que solo se exporta y «se prueba en combate». Esto indica que el orden mundial internacional dominado por alianzas y cuerpos supranacionales está en vigencia, y permite y alienta estos proyectos. Los centroamericanos que luchan por la liberación deben estar a la altura de las circunstancias de apoyar la lucha y resistencia palestinas. Debemos condenar el sionismo, el apartheid y todas las ideologías de colonialismo de poblamiento; y también presionar a que nuestras comunidades, instituciones y Gobiernos hagan lo mismo. Como dijo Martin Luther King Jr.: «La injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes». También debemos aprender de Palestina, a medida que nos libera de las ilusiones, el miedo y las políticas de respetabilidad que limitan nuestra práctica, y usar eso para seguir peleando por la liberación de todos, en todos lados: desde Centroamérica a Palestina, y en todas partes. [END] --- [1] Url: https://es.globalvoices.org/2024/06/05/las-luchas-de-liberacion-de-america-central-y-palestina-estan-entrelazadas/ Published and (C) by Global Voices Content appears here under this condition or license: https://globalvoices.org/about/global-voices-attribution-policy/. via Magical.Fish Gopher News Feeds: gopher://magical.fish/1/feeds/news/globalvoices/