Alguna vez hemos contado por aquí lo que siente un astronauta durante un paseo espacial, cuando contempla la negrura más absoluta o cuando se lanza al vacío para enganchar un satélite. Esta vez traemos el relato del astronauta canadiense Chris Hadfield, que ha estado varias veces en la Estación Espacial Internacional, y que pronto subirá de nuevo, esta vez a bordo de un cohete Soyuz. Hace unos días, en una sesión abierta con los usuarios de Reddit, Hadfield describió lo que se siente cuando uno parte al espacio en uno de estos cohetes. Lo traduzco aquí:
“El lanzamiento es extremadamente potente, y te sientes de verdad en el centro de todo, como si cabalgaras una ola enorme, o fueras empujado y levantado por una gran mano, o sacudido entre las fauces de un perro gigantesco. El vehículo se sacude y vibra, y eres aplastado con fuerza hacia abajo a causa de la aceleración. Al tiempo que un juego de motores se apaga y comienza el siguiente, eres lanzado hacia adelante y después empujado hacia atrás. El peso de alrededor de 4 Gs durante muchos minutos es opresivo, como si alguien enorme y muy gordo se tumbara encima de ti, hasta que, de repente, 9 minutos después, el motor se apaga y al momento no pesas nada. Magia. Como si un gorila te estuviera aplastando y de repente te arrojara por un acantilado. Todo un viaje”.
Publicado el 16 de diciembre de 2012 en Fogonazos.