Sobre fvwm ---------- Hace un par de días probé un nuevo gestor de ventanas para entornos UNIX: fvwm3. Y la verdad, me lo estaba buscando; como otra gente, me imagino, cada tanto tiempo se le ocurre a mi cerebro indagar entre la inmensidad de paquetes que ofrece un repositorio de software libre. Anterior a éste, estaba usando evilwm (del cual pienso escribir luego) para uso diario. Lo que, resumidamente, es, es un gestor con pocas cosas. Si necesitás algo que evilwm no tiene, lo conseguís a partir de otro software. ¡No tiene ni siquiera atajos de teclado personalizados! Hace falta invocar otro programa que se encargue de ello. Bueno, con fvwm3 parece pasar lo contrario. Es un gestor con muchos, muchos, muchos años de desarrollo, con el legado del ya abandonado fvwm2, con mucha gente aportando ideas para incorporar continuamente, lo que llevó a ser el pedazo de artefacto personalizable que es. Prácticamente todo lo que aparece en la pantalla tiene, como mínimo, 25 variables distintas que se pueden configurar, tanto para las ventanas en general, o para un tipo determinado de ventana, o para una ventana única activa en el escritorio. Más o menos lo mismo aparece en la página de inicio de fvwm, . Y uno al leer esto probablemente se lance de inmediato a probar este software tan prometedor, como lo fue en mi caso. Descargué el paquete, lo instalé, cerré todas las ventanas que tenía abiertas en ese momento en evilwm, apagué el servidor de X, configuré startx para que abriera fvwm. Todo en menos de cinco minutos (tengo que admitir, hasta incluso siento ahora un poco de vergüenza por la inmensa emoción que me había dado probarlo). El primer arranque de fvwm fue... bueno, en principio extraño, como se puede esperar. Venía usando evilwm totalmente adaptado a mis necesidades, con atajos de teclado muy específicos. No puedo pedirle a fvwm que adivine cómo prefiero yo usarlo, claro está. Lo primero que noté fue la barra lateral, con una pequeña previsualización de todos los escritorios (que me encantó) y un montón de espacio vacío con fondo turquesa. Después me enteré que ese espacio sirve para mostrar todas las ventanas en el "escritorio". Y lo pongo entrecommilado porque no sabía con claridad lo que se definía en fvwm como escritorio. Voy a "otro escritorio" y abro otra ventana ahí, para probar si la lista de ventanas era exclusiva para cada uno. Al final resultó que no, porque lo que yo creía que era un escritorio, en realidad, es otra cosa. Para dejar más claro lo que me pasó, voy a dar una explicación más general de cómo piensa fvwm los espacios virtuales. Los *escritorios* tienen, por lo general, un tamaño mayor a la resolución del monitor en sí, de tal modo que simula tener varias pantallas en un solo escritorio. Por ejemplo, por defecto, los escritorios de fvwm son 6 veces más grandes que la resolución "real". Luego este escritorio inmenso se divide en partes iguales en lo que lleva el nombre de *páginas*. Así, un escritorio 6 veces más grande que la resolución real contiene un total de 6 páginas. Por defecto, estas páginas se organizan en una grilla de 3x2; tres columnas y dos filas de páginas. El tema es que, para alguien como yo que se lanza ciego a una nueva forma de pensar las cosas, este sistema resulta bastante contraintuitivo. Por defecto tenemos 4 escritorios virtuales, del 0 al 3, divididos cada uno en 6 páginas distintas, lo que nos da ¡24 porciones de la pantalla distintas para las ventanas! Claro está, como un máximo posible, pero encontrarse con esos límites tan altos pueden llegar a desconcertar a uno. Para dar una comparación y resaltar las diferencias, en evilwm la cantidad de escritorios virtuales posibles iban del 1 al 8 (que, por cuestiones de diseño, no se pueden configurar), cada uno del tamaño de la resolución del monitor. Desde el primer día hasta el último no llegué a usar más de 4 escritorios a la vez, la cantidad me bastaba y me sobraba. Pero, más importante, estaba dentro del rango correcto. No eran ni muchos ni pocos escritorios. Suerte que en fvwm estas opciones se pueden modificar en su totalidad, tanto el número de escritorios como el tamaño de cada uno y la forma en que se organizan sus páginas, pero no, tampoco, de la forma más sencilla de entender al primer día, de nuevo. Las opciones de fvwm son su punto fuerte. Es básicamente lo que lo destaca, porque siendo tantas las opciones lo hace increíblemente flexible. ¿El problema? Son *muchísimas* opciones, y no hay un método para comprender la vasta cantidad de variables que no requiera, por poner el ejemplo mío, leer una buena cantidad de texto *antes* de hacer cualquier cambio en el entorno. Para adaptar fvwm a mis necesidades y comodidades, me pareció más oportuno entender cómo funciona leyendo de principio a fin el manual entero que viene con el paquete (`man fvwm`). Ya déjenme avisarles, hasta donde yo sé, está únicamente en inglés, y es particularmente largo. Más largo que la gran mayoría de manuales de otros paquetes. Los desarrolladores decidieron abarcar toda la documentación del entorno en este manual, a diferencia de otros programas que optaron por ofrecer al usuario, por un lado, un manual básico para comenzar a usar el software, y otro manual en formato Info (e.j. `info grep`), mucho más extenso y específico. Leer el manual me tomó prácticamente un día entero, desde despertarme hasta casi el anochecer, y solo para la noche tuve el coraje necesario para empezar a escribir mi archivo de configuración, terminando con un buen dolor de cabeza. El proceso fue más o menos el mismo para el día siguiente, obviamente con mucho menos trabajo gracias al esfuerzo del día anterior. Al tercer día (esto empieza a sonar bíblico), a la tardecita, había finalizado mi configuración hasta un grado en que me satisfació lo suficiente, y ya pude calmarme con la "presión configuratil". A decir verdad, se sintió como estar trabajando en un proyecto de programación, con el típico método de probar, equivocarse, revisar y arreglar. En todo caso terminé enormemente satisfecho con el resultado de unos cuantos días de investigación intensiva. Es una forma de funcionar muy robusta y sostenible, de la misma forma que su curva de aprendizaje es mucho más pronunciada en los primeros días, por lo que hace falta ese importante impulso de intentarlo. Luego uno se relaja teniendo la confianza de que todo va a funcionar como es esperado, y si no es así, el mantenimiento de la configuración es muchísimo más ligero. Tarda y cuesta mucho construir una casa desde los cimientos. Pero luego vivir allí, si se construyó correctamente, solo requiere una limpieza habitual y el típico cuidado de sus distintas partes. fvwm vendría siendo un kit de "construya su propia casa", y viene con un libro de instrucciones bastante gordo, pero te garantiza (con mucha razón) que, si seguís correctamente los pasos, vas a terminar con la casa que tenías en mente a lujo de detalle. No se puede decir más de este entorno que es tremendamente recomendable, para el que esté dispuesto a probarlo. Nos leeremos, esperemos, en otro momento. ~bru