Señorita Pringle ================ 3 de Junio, 2020 Arthur Clarke, de quien siempre he sido fan, planteó en "3001: Odisea final" el uso de cierto tipo de hardware que servía como asistente personal. Estamos tan cerca pero tan lejos... El "casquete cerebral", según la traducción de la editorial Emecé, se pone sobre la cabeza calva de la persona para que los nanocables penetren a través de la piel y lleguen hasta el cerebro. Después de la calibración y la instalación de firmware y demás menesteres se podía empezar a usar. La razón por la cual siempre envidie semejante aparato es porque uno lo podía usar, entre otras cosas, para tomar notas mentales de lo que fuera y almacenarlas en un disco rígido externo (que tendría el tamaño de un disco sólido de los de hoy), algo que siempre que tuve blogs me hubiera resultado super útil para redactar posts mientras andaba por la calle o en transporte publico y no podía ponerme a escribirlos a mano. Y las veces que si podía escribirlos, desistía al poco tiempo porque la mano no se mueve a la velocidad del pensamiento. Una verdadera pena, porque se me han ocurrido muchas cosas en caminatas y viajes, y hasta las "redacte" dentro de mi cabeza pero, irremediablemente, al llegar a la computadora estas palabras ya habían pasado por mi cabeza y se habían marchado al mismo país desconocido al que van todas las ideas pasajeras. Como siempre, la gente arruina todo. Tal aparato hoy en día seria (es) el producto de alguna mega corporación supranacional (la tesis doctoral de uno de los personajes del libro se titula "El Colapso de la Nación-Estado, 2000-50") cuyo único interés es tenerlo a uno de súbdito/esclavo y venderle algo. Seguimos estando mas cerca de 1984 y Un Mundo Feliz que de 3001 y la singularidad, lamentablemente.