Qué sentimiento agradable para les usuaries de vi/vim/neovim encontrarse en cualquier plataforma (página web, aplicación de terminal, con GUI, etc) y comprobar que nuestros dedos, siempre situados sobre la combinación hjkl permiten navegarnos a través de la interfaz del programa. Qué sorpresa descubrir que esa acción del cerebro, tan automática, de querer navegar con hjkl, es respondida con sutileza por el programa con el cual estamos interactuando.